Copia Exitosa
La historia de la humanidad está llena de caídas y errores, pero en medio de nuestras fallas, Dios siempre ofrece un camino a la restauración. A través de la gracia y la redención en Jesucristo, podemos encontrar nueva esperanza y comenzar de nuevo. No importa cuán profunda sea la caída, la mano de Dios siempre está extendida para levantarnos y restaurarnos a la plenitud. ¡Confía en su amor y permite que su misericordia transforme tu vida! En esta prédica, el pastor Isaid Osorio utiliza la historia de Mefiboset, nieto del rey Saúl e hijo de Jonatán, del segundo libro de Samuel capítulo 9, como una metáfora para hablar del propósito, la gracia y la restauración divina. Mefiboset quedó lisiado siendo niño, tras huir al recibir la noticia de la muerte de su padre y su abuelo, y vivió en Lo-debar, un lugar que representa estancamiento, incomunicación y la sensación de estar fuera del mover de Dios. Sin embargo, el mensaje central es que aunque nos sintamos rotos, olvidados o limitados, el llamado y el propósito de Dios no se anulan. Así como David restauró a Mefiboset a su lugar como príncipe, Dios viene a restituir ministerios, servicios y llamados. Ser "lisiado" no cancela nuestra identidad espiritual ni nuestra posición en el Reino. La imagen de la mesa del rey, donde el mantel cubre los pies de Mefiboset, ilustra cómo la gracia de Dios cubre nuestras imperfecciones. El mensaje llama a los servidores activos e inactivos a activarse nuevamente, a acercarse con humildad y arrepentimiento, reconociendo la necesidad de Dios para ser restaurados. La prédica concluye con una palabra de esperanza: se avecina un tiempo de mayor gloria y un mover poderoso del Espíritu Santo. Es una invitación a dejar Lo-debar, creer en la gracia de Dios y permitirle devolvernos el lugar de honra y propósito que Él ya ha preparado para nosotros.
Predicacion sobre fe: La historia de la humanidad está llena de caídas y errores, pero en medio de nuestras fallas, Dios siempre ofrece un camino a la restauración. A través de la gracia y la redención en Jesucristo, podemos encontrar nueva esperanza y comenzar de nuevo. No importa cuán profunda sea la caída, la mano de Dios siempre está extendida para levantarnos y restaurarnos a la plenitud. ¡Confía en su amor y permite que su misericordia transforme tu vida! En esta prédica, el pastor Isaid Osorio utiliza la historia de Mefiboset, nieto del rey Saúl e hijo de Jonatán, del segundo libro de Samuel capítulo 9, como una metáfora para hablar del propósito, la gracia y la restauración divina. Mefiboset quedó lisiado siendo niño, tras huir al recibir la noticia de la muerte de su padre y su abuelo, y vivió en Lo-debar, un lugar que representa estancamiento, incomunicación y la sensación de estar fuera del mover de Dios. Sin embargo, el mensaje central es que aunque nos sintamos rotos, olvidados o limitados, el llamado y el propósito de Dios no se anulan. Así como David restauró a Mefiboset a su lugar como príncipe, Dios viene a restituir ministerios, servicios y llamados. Ser "lisiado" no cancela nuestra identidad espiritual ni nuestra posición en el Reino. La imagen de la mesa del rey, donde el mantel cubre los pies de Mefiboset, ilustra cómo la gracia de Dios cubre nuestras imperfecciones. El mensaje llama a los servidores activos e inactivos a activarse nuevamente, a acercarse con humildad y arrepentimiento, reconociendo la necesidad de Dios para ser restaurados. La prédica concluye con una palabra de esperanza: se avecina un tiempo de mayor gloria y un mover poderoso del Espíritu Santo. Es una invitación a dejar Lo-debar, creer en la gracia de Dios y permitirle devolvernos el lugar de honra y propósito que Él ya ha preparado para nosotros.